Como distribuidores de vino en la isla de Mallorca, somos muy conscientes de la mucha (o poca) atención que prestan las empresas a sus cartas de vinos. Es increíblemente frustrante ver aparecer una y otra vez la misma selección predecible de vinos Ribera del Duero, Rioja, Albariño y Verdejo. Aunque estos vinos tienen sin duda su lugar, España - y el mundo - tiene mucho más que ofrecer.

Esto plantea una cuestión importante:
¿Por qué tantos establecimientos no exploran más allá de estas opciones convencionales?
Al hablar con propietarios de restaurantes y bares, las respuestas son descorazonadoramente repetitivas:
«Queremos vender vinos baratos que nos den un buen margen de beneficio».
«Es demasiado difícil vender vinos de los que no sabemos nada».
«No tenemos tiempo para formar a nuestro personal sobre cómo vender vinos».
«Una amplia carta de cócteles es más fácil de vender y da más dinero».
Estas respuestas revelan una reticencia a innovar y una falta de consideración por lo que una carta de vinos variada y bien seleccionada puede aportar a la experiencia gastronómica en general.

El problema del estancamiento de las cartas de vinos
Las grandes corporaciones también influyen presionando a las empresas para que les compren exclusivamente a ellas, ofreciéndoles tentadores descuentos, ventajas, financiación de gastos e incluso incentivos poco éticos. Los distribuidores independientes como nosotros no podemos - o decidimos no - participar en esas prácticas. ¿Cuál es el resultado?
Cartas de vinos carentes de imaginación y diversidad, lo que es una verdadera vergüenza tanto para las empresas como para los consumidores.
Otro problema común es la falta de atención que los restaurantes prestan a su selección de vinos en comparación con sus cartas de comida. Muchos invierten grandes esfuerzos en elaborar un menú atractivo, pero descuidan la carta de vinos. Una carta de vinos bien elaborada no tiene por qué ser extensa, pero debe reflejar estilo, creatividad y conexión con la cocina que se sirve.
Es desalentador visitar un restaurante con un menú inspirador y encontrar una carta de vinos aburrida y sin inspiración.
Un caso de innovación
Un restaurador de Ciudad Jardín compartió recientemente su enfoque. Aunque confiaba en un único proveedor (debido a su apoyo con el suministro de frigoríficos), se tomó el tiempo necesario para diseñar cuidadosamente su carta de vinos. Junto a los clásicos, ofrecía opciones de vino más singulares y añadía toques de atención: una breve frase y un par de emojis para cada vino, con el fin de ayudar a los clientes a entender mejor sus opciones. Su creatividad y su voluntad de explorar más allá de lo básico se tradujeron en un aumento significativo de las ventas de vino.
Por qué es importante una carta de vinos bien pensada

Como apasionados del vino, una de las primeras cosas que hacemos al elegir un restaurante es revisar la carta de vinos. Si carece de originalidad o no despierta nuestro interés, a menudo optamos por cenar en otro sitio. Una selección de vinos interesante y cuidadosamente seleccionada realza la comida, educa a los comensales y fomenta una apreciación más profunda del arte del maridaje.
Nos encantaría que más restaurantes y bares salieran de su zona de confort. Explorando regiones menos conocidas, experimentando con diversas variedades de uva y formando al personal para que recomiende maridajes con confianza, los negocios pueden elevar su oferta y destacar en un mercado cada vez más competitivo.

Entonces, ¿qué puede hacer un restaurante o bar para aumentar las ventas y ofrecer una carta de vinos dinámica?
He aquí algunos pasos prácticos para ayudar a los negocios a aumentar las ventas de vino y atraer a los clientes con una selección de vinos más interesante:
Introduzca opciones fuera de menú: Si su carta de vinos es estática o está «cerrada» durante el año, ofrezca opciones flexibles como especiales de vino diarios o semanales, igual que haría con la comida.
Ofrezca opciones rotativas: Introduzca un «Vino de la semana» o un «Vino del mes», y actualice regularmente sus vinos por copas para mantener las cosas frescas y emocionantes.
Trabaje con varios distribuidores: Evite depender únicamente de un distribuidor para garantizar la variedad y evitar la fatiga del menú para los clientes que vuelven.
Manténgase al día de las tendencias: Investigue las tendencias emergentes del vino y consulte a sus distribuidores para obtener consejos y recomendaciones sobre lo que es nuevo y popular.
Destaque los vinos locales: Muestre los vinos elaborados con variedades de uva locales y cree una selección rotativa de ofertas regionales para reflejar los nuevos lanzamientos de las bodegas locales.
Tenga en cuenta las estaciones: Adapte su carta de vinos a las estaciones del año, ofreciendo opciones más ligeras y frescas en los meses más cálidos y vinos con más cuerpo en las estaciones más frías para adaptarse a las preferencias de los clientes.
Maridaje con vinos de postre: Cuando sirva el postre, presente una selección de vinos dulces en la mesa para atraer visualmente a los clientes y mejorar la experiencia gastronómica con sugerencias de maridaje bien pensadas.
Ofrezca 'wine flights': Ofrezca a los clientes la posibilidad de probar tres vinos diferentes antes de comprometerse a consumir una copa o una botella entera. Esto fomenta la exploración y la venta.
Relaciónese con sus clientes: Pida opiniones a los clientes habituales. Averigüe qué les gusta, si falta algo en el menú, y utilice esta información para dar forma a su oferta de vinos.
En la variedad está el gusto, e incorporando alguna o todas estas ideas, las cartas de vinos pueden ser más dinámicas, aumentar la satisfacción del cliente e incrementar significativamente los beneficios.
La cuestión sigue siendo: ¿Estarán los restaurantes a la altura de las circunstancias?
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